Chikungunya:
La fiebre chikungunya es una enfermedad vírica transmitida al ser humano por mosquitos infectados. Además de fiebre y fuertes dolores articulares, produce otros síntomas, tales como dolores musculares, dolores de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas.Los dolores articulares suelen ser debilitantes y su duración puede variar.Algunos signos clínicos de esta enfermedad son iguales a los del dengue, con el que se puede confundir en zonas donde este es frecuente.La enfermedad se da en África, Asia y el subcontinente indio. En los últimos decenios los vectores de la enfermedad se han propagado a Europa y las Américas. En 2007 se notificó por vez primera la transmisión de la enfermedad en Europa, en un brote localizado en el nordeste de Italia. Desde entonces se han registrado brotes en Francia y Croacia.
La fiebre chikungunya es una enfermedad vírica transmitida al ser humano por mosquitos. Se describió por primera vez durante un brote ocurrido en el sur de Tanzanía en 1952. Se trata de un virus ARN del género alfavirus, familia Togaviridae. “Chikungunya” es una voz del idioma Kimakonde que significa “doblarse”, en alusión al aspecto encorvado de los pacientes debido a los dolores articulares.
Síntomas
La fiebre chikungunya se caracteriza por la aparición súbita de fiebre, generalmente acompañada de dolores articulares. Otros signos y síntomas frecuentes son: dolores musculares, dolores de cabeza, náuseas, cansancio y erupciones cutáneas. Los dolores articulares suelen ser muy debilitantes, pero generalmente desaparecen en pocos días.
La mayoría de los pacientes se recuperan completamente, pero en algunos casos los dolores articulares pueden durar varios meses, o incluso años. Se han descrito casos ocasionales con complicaciones oculares, neurológicas y cardiacas, y también con molestias gastrointestinales. Las complicaciones graves no son frecuentes, pero en personas mayores la enfermedad puede contribuir a la muerte. A menudo los pacientes solo tienen síntomas leves y la infección puede pasar inadvertida o diagnosticarse erróneamente como dengue en zonas donde este es frecuente.
Tratamiento
No existe ningún antivírico específico para tratar la fiebre chikungunya. El tratamiento consiste principalmente en aliviar los síntomas, entre ellos el dolor articular, con antipiréticos, analgésicos óptimos y líquidos. No hay comercializada ninguna vacuna contra el virus chikungunya.
Prevención:
La proximidad de las viviendas a los lugares de cría de los mosquitos vectores es un importante factor de riesgo tanto para la fiebre chikungunya como para otras enfermedades transmitidas por las especies en cuestión. La prevención y el control se basan en gran medida en la reducción del número de depósitos de agua naturales y artificiales que puedan servir de criadero de los mosquitos. Para ello es necesario movilizar a las comunidades afectadas. Durante los brotes se pueden aplicar insecticidas, sea por vaporización, para matar los moquitos en vuelo, o bien sobre las superficies de los depósitos o alrededor de éstos, donde se posan los mosquitos; también se pueden utilizar insecticidas para tratar el agua de los depósitos a fin de matar las larvas inmaduras.
Fiebre del valle rift:
La fiebre del Valle del Rift (FVR) es una zoonosis vírica que afecta principalmente a los animales, pero también puede afectar al ser humano. La infección puede causar una enfermedad grave tanto en los animales como en el ser humano. Asimismo, produce importantes pérdidas económicas debido a las muertes y a los abortos que causa en el ganado infectado.
El virus de la FVR (VFVR) pertenece al género Phlebovirus, uno de los cinco géneros de la familia Bunyaviridae. El virus se identificó por vez primera en 1931, durante una epizootia ovina en una granja del Valle de Rift (Kenya). Desde entonces se han notificado brotes en el África subsahariana y el norte de África. En 1997-98, se produjo un brote importante en Kenya, Somalia y Tanzanía. En septiembre de 2000 se confirmaron por primera vez casos de FVR fuera del continente africano (en Arabia Saudita y Yemen), con la consiguiente preocupación por su posible propagación a otras zonas de Asia y a Europa.
Los síntomas de la enfermedad incluyen:
Fiebre
Descargas nasales
Inapetencia
Debilidad
Diarrea
Vómito
Abortos
Muerte de recién nacidos
Tratamiento:
El tratamiento de los pacientes, como para cualquier otra de las fiebres transmitidas por artrópodo, es sintomático. Deben hacerse exámenes en serie para investigar complicaciones retinianas y el reposo continuo está indicado para las personas en quienes tales lesiones ocurren. Como las complicaciones oculares resultan tener una patogénesis alérgica episódica aguda y no subaguda o crónica, los corticosteroides no son beneficiosos.
Prevención:
La prevención de la infección se hace principalmente a través de medidas antimosquito individuales. Se ha empleado una vacuna con virus vivos atenuados en animales y en el hombre en Sudáfrica, pero se ha empleado en personas con alto riesgo de infección, como veterinarios, una preparación de virus muertos con formalina, que confiere protección clínica completamente, durante al menos dos años.
Fiebre Amarilla:
- La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos infectados. El término "amarilla" alude a la ictericia que presentan algunos pacientes.
- La mortalidad de los casos graves no tratados puede llegar al 50%.
- Se calcula que cada año se producen en el mundo 130 000 casos de fiebre amarilla que causan unas 44 000 muertes en países endémicos africanos, donde se produce el 90% de los casos de fiebre amarilla.
- El virus es endémico en las zonas tropicales de África y América Latina, con una población de más de 900 millones de habitantes.
- El número de casos de fiebre amarilla ha aumentado en los dos últimos decenios debido a la disminución de la inmunidad de la población, la deforestación, la urbanización, los movimientos de población y el cambio climático.
- No hay tratamiento curativo para la fiebre amarilla. El tratamiento es sintomático y consiste en paliar los síntomas y mantener el bienestar del paciente.
- La vacunación es la medida preventiva más importante contra la fiebre amarilla. La vacuna es segura, asequible, muy eficaz, y una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de recuerdo. La vacuna ofrece una inmunidad efectiva al 99% de las personas vacunadas en un plazo de 30 días.
Síntomas
Una vez contraído el virus y pasado el periodo de incubación de 3 a 6 días, la infección puede cursar en una o dos fases. La primera, aguda, suele causar fiebre, mialgias con dolor de espalda intenso, cefaleas, escalofríos, pérdida de apetito y náuseas o vómitos. Posteriormente, la mayoría de los pacientes mejoran y los síntomas desaparecen en 3 o 4 días.
Sin embargo, el 15% de los pacientes entran a las 24 horas de la remisión inicial en una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre elevada y se ven afectados diferentes sistemas orgánicos. El paciente se vuelve ictérico rápidamente y se queja de dolor abdominal con vómitos. Puede haber hemorragias orales, nasales, oculares o gástricas, con sangre en los vómitos o las heces. La función renal se deteriora. La mitad de los pacientes que entran en la fase tóxica mueren en un plazo de 10 a 14 días, y los demás se recuperan sin lesiones orgánicas importantes.
Hay 47 países endémicos en África y América Latina con un total de 900 millones de habitantes en riesgo. En África hay 34 países en riesgo, con una población estimada de 508 millones de habitantes. El resto de la población en riesgo se encuentra en 13 países latinoamericanos, entre los que destacan por su mayor riesgo Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú.
Según las estimaciones de la OMS de principios de los años noventa, cada año habría en el mundo 200 000 casos de fiebre amarilla, 30 000 de ellos mortales, y el 90% de ellos se producirían en África. En un análisis reciente de fuentes africanas de datos que se publicará este año, las estimaciones fueron similares, pero con una carga ligeramente menor de 130 000 casos y 44 000 muertes en África para el año 2013. Sin vacunación, dicha carga sería mucho mayor.
En países libres de fiebre amarilla se produce un pequeño número de casos importados. Aunque nunca se han notificado casos en Asia, la región es una zona de riesgo porque existen las condiciones necesarias para la transmisión. En los últimos siglos (XVII a XIX), se registraron brotes de fiebre amarilla en América del Norte (Nueva York, Filadelfia, Charleston, Nueva Orleans, etc) y Europa (Irlanda, Inglaterra, Francia, Italia, España y Portugal).
Tratamiento
No hay tratamiento específico para la fiebre amarilla. Solo se pueden instaurar medidas de sostén para combatir la fiebre y la deshidratación. Las infecciones bacterianas asociadas pueden tratarse con antibióticos. Las medidas de sostén pueden mejorar el desenlace de los casos graves, pero raramente están disponibles en las zonas más pobres.
Prevención
1. Vacunación
La vacunación es la medida más importante para prevenir la fiebre amarilla. Para prevenir las epidemias en zonas de alto riesgo con baja cobertura vacunal es fundamental que los brotes se identifiquen y controlen rápidamente mediante la inmunización. Para prevenir los brotes en las regiones afectadas, la cobertura vacunal debe ser como mínimo de un 60% a 80% de la población en riesgo. Al menos 14 países endémicos que se beneficiaron recientemente de una campaña masiva de vacuna en África tienen en la actualidad este nivel de cobertura.
La vacunación preventiva puede realizarse mediante la inmunización sistemática en la infancia o campañas masivas únicas con el fin de aumentar la cobertura vacunal en los países en riesgo, y también mediante la vacunación de quienes viajen a zonas donde la enfermedad es endémica. La OMS y el UNICEF recomiendan vivamente la vacunación sistemática de los niños en las zonas de riesgo. Más de 95 millones de personas habían sido vacunados, principalmente en países de África occidental.
La vacuna contra la fiebre amarilla es segura y asequible, y proporciona una inmunidad efectiva contra la enfermedad al 80-100% de los vacunados al cabo de 10 días, y una inmunidad del 99% al cabo de 30 días. Una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de recuerdo. Los efectos colaterales graves son extremadamente raros, y se han descrito en viajeros vacunados y en algunas zonas endémicas (por ejemplo, en Australia, Brasil, Estados Unidos de América, Perú y Togo). Los científicos están investigando por qué ocurre esto.
Zika:
El virus de Zika es un virus emergente transmitido por mosquitos que se identificó por vez primera en Uganda en 1947 en macacos de la India a través de una red de monitoreo de la fiebre amarilla selvática. Posteriormente, en 1952, se identificó en el ser humano en Uganda y la República Unida de Tanzanía. Se han registrado brotes de enfermedad por este virus en África, las Américas, Asia y el Pacífico
Síntomas
El periodo de incubación (tiempo transcurrido entre la exposición y la aparición de los síntomas) de la enfermedad por el virus de Zika no está claro, pero probablemente sea de pocos días. Los síntomas son similares a los de otras infecciones por arbovirus, entre ellas el dengue, y consisten en fiebre, erupciones cutáneas, conjuntivitis, dolores musculares y articulares, malestar y cefaleas; suelen durar entre 2 y 7 días.
Durante los grandes brotes que se han producido en la Polinesia francesa en 2013 y el Brasil en 2015, las autoridades sanitarias nacionales notificaron potenciales complicaciones neurológicas y autoinmunes de la enfermedad por el virus de Zika. Recientemente, en el Brasil, las autoridades sanitarias locales han observado un aumento de las infecciones por este virus en la población general, así como un aumento de los recién nacidos con microcefalia en el nordeste del país
Prevención
Los mosquitos y sus lugares de cría suponen un importante factor de riesgo de infección por el virus de Zika. La prevención y el control dependen de la reducción del número de mosquitos a través de la reducción de sus fuentes (eliminación y modificación de los lugares de cría) y de la disminución de los contactos entre los mosquitos y las personas.
Para evitar las picaduras conviene utilizar repelentes de insectos regularmente, ponerse ropa (preferiblemente de colores claros) que cubra al máximo el cuerpo, utilizar barreras físicas (pantallas protectoras, puertas y ventanas cerradas) y si fuera necesario utilizar protección personal adicional, como dormir con mosquiteros durante el día. También es sumamente importante vaciar, limpiar o cubrir regularmente los contenedores que puedan acumular agua, como cubos, barriles, macetas, etc.
Se deberían limpiar o eliminar otros posibles criaderos de mosquitos, como macetas, neumáticos usados y canalones. Las comunidades deben apoyar los esfuerzos del gobierno local para reducir la densidad de mosquitos en su localidad.
Hay que prestar especial atención y ayuda a quienes no pueden protegerse adecuadamente por si solos, como los niños, los enfermos o los ancianos.
Durante los brotes, las autoridades sanitarias pueden recomendar la fumigación con insecticidas. Los insecticidas recomendados por el Plan OMS de Evaluación de Plaguicidas también se pueden utilizar como larvicidas para tratar recipientes de agua relativamente grandes..
Tratamiento
La enfermedad por el virus de Zika suele ser relativamente leve y no necesita tratamiento específico. Los pacientes deben estar en reposo, beber líquidos suficientes y tomar analgésicos comunes para el dolor. Si los síntomas empeoran deben consultar al médico.
Paludismo:
El paludismo, o malaria, es una enfermedad potencialmente mortal causada por parásitos que se transmiten al ser humano por la picadura de mosquitos infectados.Cerca de 3200 millones de personas —casi la mitad de la población mundial— corren el riesgo de contraerlo.Los niños pequeños, las embarazadas y los viajeros no inmunes de las zonas libres de paludismo son particularmente vulnerables a la enfermedad cuando se infectan.El paludismo se puede prevenir y curar y, gracias a los esfuerzos adicionales realizados, la carga de la enfermedad se está reduciendo notablemente en muchos lugares.
Síntomas
El paludismo es una enfermedad febril aguda. En un individuo no inmune, los síntomas aparecen a los 7 días o más (generalmente entre los 10 y los 15 días) de la picadura del mosquito infectivo.
Puede resultar difícil reconocer el origen palúdico de los primeros síntomas (fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y vómitos), que pueden ser leves. Si no se trata en las primeras 24 horas, el paludismo por P. falciparum puede agravarse, llevando a menudo a la muerte.
Los niños con enfermedad grave suelen manifestar uno o más de los siguientes síntomas: anemia grave, sufrimiento respiratorio relacionado con la acidosis metabólica o paludismo cerebral. En el adulto también es frecuente la afectación multiorgánica.
Prevención
La lucha antivectorial es el medio principal de reducir la transmisión del paludismo. Si la cobertura de las intervenciones de esta índole es suficiente en una zona determinada, se protegerá a toda la comunidad.
La OMS recomienda proteger a todas las personas expuestas a contraer la enfermedad mediante medidas eficaces de lucha antivectorial. Para el control efectivo del vector, recomienda proteger a toda la población que se encuentra en riesgo de infectarse. Hay dos métodos de lucha contra los vectores que son eficaces en circunstancias muy diversas: los mosquiteros tratados con insecticidas y la fumigación de interiores con insecticidas de acción residual.
Tratamiento
El diagnóstico y el tratamiento tempranos del paludismo atenúan la incidencia de la enfermedad, reducen sus efectos mortales y contribuyen a prevenir su transmisión. La mejor opción terapéutica disponible, especialmente para el paludismo por P. falciparum, es el tratamiento combinado con artemisinina.
La OMS recomienda, antes de administrar el tratamiento, la confirmación del diagnóstico con métodos parasitológicos (ya sean pruebas de microscopía o de diagnóstico rápido), cuyos resultados pueden obtenerse en 30 minutos o incluso menos. La prescripción de un tratamiento basada únicamente en la sintomatología debe reservarse para aquellos casos en los que no sea posible hacer un diagnóstico parasitológico. En las Directrices para el tratamiento del paludismo (tercera edición), publicadas por la OMS en inglés en abril de 2015, se dan recomendaciones más detalladas.
Encefalitis japonesa:
La encefalitis japonesa, enfermedad causada por un flavivirus relacionado con los virus del dengue, la fiebre amarilla y el virus del Nilo Occidental, se propaga a través de las picaduras de mosquitos.La encefalitis japonesa es la principal causa de encefalitis viral en muchos países de Asia, en los que cada año se registran unos 68,000 casos clínicos.Aunque la encefalitis japonesa sintomática es muy poco frecuente, la tasa de letalidad entre las personas infectadas puede alcanzar el 30%. Entre el 30 y el 50% de las personas con encefalitis pueden sufrir secuelas neurológicas o psiquiátricas permanentes.La transmisión de la encefalitis japonesa es endémica en 24 países de las regiones de la OMS de Asia Sudoriental y el Pacífico Occidental, lo que significa que más de 3.000 millones de personas corren riesgo de infección.No existe cura para la enfermedad. El tratamiento se centra en el alivio de los síntomas clínicos graves y el apoyo al paciente para que supere la infección.
Síntomas
La mayor parte de las infecciones con el virus de la encefalitis japonesa son leves (fiebre y cefalea) o asintomáticas, pero aproximadamente una de cada 250 infecciones se convierte en una enfermedad grave caracterizada por la repentina aparición de fiebre elevada, cefalea, rigidez de nuca, desorientación, coma, ataques, parálisis espástica y defunción. La tasa de letalidad puede alcanzar al 30% de las personas con síntomas de la enfermedad.
Entre un 20 y un 30% de los supervivientes quedan con problemas mentales, comportamentales o neurológicos tales como parálisis, ataques recurrentes o pérdida del habla.
Tratamiento
No existe ningún tratamiento antivírico para pacientes con encefalitis japonesa. El tratamiento de apoyo permite aliviar los síntomas y estabilizar al paciente. A ese respecto, el Programa de Tecnología Sanitaria Apropiada ha desarrollado directrices clínicas.
Prevención
Existen vacunas seguras y eficaces para prevenir la enfermedad. La OMS recomienda medidas estrictas de prevención y control de la encefalitis japonesa, entre ellas la inmunización, y el reforzamiento de los mecanismos de vigilancia y notificación en todas las regiones en las que la enfermedad constituye una prioridad de salud pública. Aunque el número de casos sea bajo, se debe proceder a la vacunación en todos los entornos que sean adecuados para la transmisión del virus. Hay pocos datos que respalden la posibilidad de reducir la carga de la enfermedad con intervenciones que no sean la vacunación humana.
En la actualidad se utilizan cuatro tipos principales de vacunas contra la encefalitis japonesa: vacunas inactivadas derivadas del encéfalo de ratón; vacunas inactivadas derivadas de cultivos de células Vero; vacunas vivas atenuadas, y vacunas vivas recombinantes.
Filariasis linfática:
La filariasis linfática es una enfermedad parasitaria que puede producir alteraciones del sistema linfático e hipertrofia anormal de algunas partes del cuerpo, causando dolor, discapacidad grave y estigma social.En la actualidad, hay más de 1.230 millones de personas en 58 países amenazados por la filariasis linfática que requieren tratamiento profiláctico a gran escala, conocido también como quimioterapia preventiva, para detener la propagación de la enfermedad.Actualmente, hay más de 120 millones de personas infectadas; unos 40 millones están desfiguradas e incapacitadas por la enfermedad.La filariasis linfática puede eliminarse, interrumpiendo la propagación de la infección mediante quimioterapia preventiva con la administración de dosis únicas de dos medicamentos a todas las personas que vivan en zonas donde la infección esté presente.
Síntomas:
La filariasis linfática adopta formas asintomáticas, agudas y crónicas. La mayoría de las infecciones son asintomáticas y no presentan signos externos. A pesar de ello dañan el sistema linfático, los riñones y el sistema inmunitario.
El linfedema crónico, o elefantiasis, se acompaña a menudo de episodios agudos de inflamación local de la piel y de los ganglios y los vasos linfáticos. Algunos de esos episodios son causados por la respuesta inmunitaria del organismo contra el parásito. Sin embargo, la mayoría se debe a infecciones bacterianas cutáneas porque las defensas normales se han deteriorado debido al daño linfático.
Cuando la filariasis linfática se vuelve crónica produce linfedema (tumefacción de los tejidos) o elefantiasis (engrosamiento de la piel) de los miembros e hidrocele (acumulación de líquidos). Es frecuente la afectación de las mamas y de los órganos genitales.
Estas deformidades son causa de estigmatización social y de dificultades económicas debidas a la pérdida de ingresos y al aumento de los gastos médicos. La carga socioeconómica del aislamiento y la pobreza es enorme.
Tratamiento
La filariasis linfática puede eliminarse mediante la adopción de medidas destinadas a interrumpir la propagación de la infección. El tratamiento a gran escala consiste en administrar una dosis anual única de dos medicamentos a toda la población en riesgo, de la manera siguiente: albendazol (400 mg) junto con ivermectina (150-200 mcg/kg) o con citrato de dietilcarbamazina (DEC) (6 mg/kg).
Esos medicamentos tienen un efecto limitado en los parásitos adultos, pero eliminan eficazmente las microfilarias del torrente sanguíneo y previenen la propagación de parásitos a los mosquitos. La aplicación anual y a gran escala de esa estrategia terapéutica recomendada, denominada quimioterapia preventiva, durante un periodo de cuatro a seis años, permite interrumpir el ciclo de transmisión.
Prevención
Evitar la picadura del insecto vector empleando repelentes e insecticidas, cubriéndose el cuerpo con ropa, protegiendo las casas con mallas metálicas, mosquiteras en las habitaciones a la hora de dormir, insecticidas, y destruyendo, si es posible, las zonas de reproducción del insecto. El peligro de que los viajeros sean infectados por cualquiera de las filarias es real pero de importancia relativa, pues suelen ser parasitosis ligeras.
Fiebre del Nilo Occidental:
El virus del Nilo Occidental puede causar una enfermedad mortal del sistema nervioso en los seres humanos.Sin embargo, casi el 80% de las personas infectadas no presentan síntoma alguno.El virus del Nilo Occidental se transmite a las personas principalmente por la picadura de mosquitos infectados
El virus del Nilo Occidental puede causar una enfermedad mortal del sistema nervioso. Se encuentra por lo común en África, Europa, el Oriente Medio, América del Norte y Asia occidental. Se mantiene en la naturaleza mediante un ciclo que incluye la transmisión entre aves y mosquitos. Puede infectar a los seres humanos, los caballos y otros mamíferos.
Síntomas
Los síntomas de enfermedad neurológica pueden causar dolor de cabeza, fiebre alta, rigidez en el cuello, desorientación, temblores, convulsiones o parálisis.
La enfermedad grave puede ocurrir en personas de cualquier edad. Sin embargo, las personas mayores de 60 años corren el mayor riesgo de enfermarse gravemente. Las personas con ciertas afecciones, como cáncer, diabetes, hipertensión, enfermedad renal y las personas que han recibido trasplantes de órganos, también corren mayor riesgo de enfermarse gravemente.
Recuperarse de la enfermedad grave puede llevar varias semanas o meses. Algunos de los efectos neurológicos pueden ser permanentes.
Cerca del 10 % de las personas que presenten infección neurológica debido al virus del Nilo Occidental morirán.
Tratamiento
El tratamiento de los pacientes con afección neuroinvasora consiste en medidas de sostén, tales como hospitalización, administración de líquidos por vía intravenosa, apoyo respiratorio y prevención de infecciones secundarias. No hay vacuna para los seres humanos.
Prevención
Habida cuenta de que los brotes epizoóticos en los animales preceden a los casos en seres humanos, el establecimiento de una sistema activo de vigilancia de sanidad animal para detectar casos nuevos en aves y caballos resulta esencial para proporcionar la alerta temprana a las autoridades veterinarias y de salud pública. En el continente americano, es importante ayudar a la comunidad notificando a las autoridades el hallazgo de aves muertas.
Se han elaborado vacunas para los caballos. El tratamiento consiste en medidas de sostén acordes con las prácticas veterinarias corrientes para tratar animales infectados por un virus.
Leishmaniasis:
La leishmaniasis es causada por un protozoo parásito del género Leishmania, que cuenta con más de 20 especies diferentes. Se conocen más de 90 especies de flebotominos transmisores de Leishmania. Se transmite a los humanos por la picadura de flebótomos hembra infectados.
Síntomas
Dificultad para respirar y para deglutir.
Úlceras y desgaste en la boca, la lengua, las encías, los labios, la nariz y el tabique nasal.
Congestión nasal, rinorrea y hemorragia nasal.
- Llagas en la piel propensas a convertirse en úlceras que se curan muy lentamente.
En la leishmaniasis visceral, en el caso de los niños, la infección comienza con tos, diarrea, fiebre y vómitos.
Los adultos generalmente presentan fiebre que dura entre dos semanas y dos meses, acompañada defatiga, debilidad que aumenta a medida que avanza la enfermedad y pérdida del apetito.
Otros síntomas de este tipo de leishmaniasis son:
- Molestia en el abdomen y pérdida de peso.
- Sudores fríos y disminución del volumen del cabello.
- Piel escamosa y oscurecida.
Tratamiento
El diagnóstico de la leishmaniasis visceral se realiza mediante la combinación de un examen clínico con pruebas parasitológicas o serológicas (pruebas de diagnóstico rápido y otras). Las pruebas serológicas tienen un valor limitado en las leishmaniasis cutánea y mucocutánea. En el caso de la leishmaniasis cutánea, el diagnóstico se confirma cuando los análisis parasitológicos corroboran las manifestaciones clínicas.
El tratamiento de la leishmaniasis depende de varios factores, como la forma de la enfermedad, la especie de parásito y la ubicación geográfica. La leishmaniasis es una enfermedad tratable que puede curarse. Todos los pacientes a quienes se haya diagnosticado leishmaniasis visceral requieren la administración inmediata de un tratamiento completo. En el número 949 de la Serie de Informes Técnicos de la OMS, dedicado a la lucha contra las leishmaniasis, se ofrece información detallada sobre el tratamiento de las diferentes formas de la enfermedad en función de la zona geográfica.
Prevención
La prevención y el control de la leishmaniasis requieren una combinación de estrategias de intervención, ya que la transmisión se produce en un sistema biológico complejo que engloba el huésped humano, el parásito, el flebótomo vector, y, en algunos casos, un reservorio animal.
¿Cómo se propaga el virus?
Como no hay manera de saber si un mosquito transporta o no el virus, la gente debe tratar de evitar toda clase de picaduras.Pero más que eso lo importante es evitar que el mosquito se reproduzcan.¿Cómo se logra?Impidiendo que tenga lugares con agua donde reproducirse.Por eso es fundamental el control o eliminación de todo recipiente con agua.
¿Cómo protegerse del virus?
Alrededor de un 20% de las personas son muy atractivas para los mosquitos y les pican bastante más a menudo que al resto. Aunque se cree que la genética puede ser la responsable hasta en un 85% de nuestra susceptibilidad a ser o no picados, hay otras variables que podrían hacernos mas atractivos para el mosquito hembra.
Ropa
Los mosquitos se guían por la vista y el olfato para localizar sus objetivos, les atraen los colores oscuros –a todos los insectos en general- por lo que es mejor decantarnos por los colores claros como el blanco o los pasteles para reducir elriesgo de picadura.
Grupo sanguíneo
Diferentes investigaciones han demostrado que ciertos tipos de sangre son más atractivos para los mosquitos que otros. En concreto, un estudio llevado a cabo en el año 1972 estableció que el tipo de sangre O es el que más les gusta (de hecho pican a las personas con este tipo de sangre casi dos veces más que a aquellas de tipo A).
Dependiendo de nuestro grupo sanguíneo segregamos sacáridos o azúcares a través de la piel que los mosquitos son capaces de percibir.
Metabolismo
Los mosquitos también se sienten atraídos por sustancias que reconocen a corta distancia para seleccionar a sus víctimas. Entre estas se encuentran compuestos químicos que segregamos a través de la piel con el sudor como el ácido láctico, el úrico, el amoníaco, los esteroides o el colesterol. Así, el sudor corporal tras practicar deporte nos hace más susceptibles a atraer las picaduras. No obstante, no es solo cuestión de higiene, factores genéticos están relacionados con la producción en mayor o menor cantidad de estas sustancias que nuestros cuerpos segregan de manera natural.
Aquellas personas que emiten mas CO2 al respirar pueden ser detectadas hasta a 50 metros de distancia por esos depredadores sanguíneos
Embarazo
Las mujeres embarazadas son más susceptibles a las picaduras de mosquito, lo que podría deberse a que exhalan más dióxido de carbono y tienen una temperatura corporal mas alta
Ah, y muy importante, aunque sea difícil hay que evitar rascarse para evitar las infecciones. Utilicemos compresas de agua fría, caléndula o calamina.
¿Cómo evitar que nos piquen?
Existen en el mercado toda una serie de repelentes para intentar evitar las picaduras de mosquitos y que podemos encontrar en farmacias, perfumerías, tiendas de artículos de playa, tiendas de chinos, etc. en muchas posibilidades de utilización: enchufes de pared, lociones, sprays, pulseras, adhesivos para la ropa…..
En mi opinión en la práctica solo disminuyen el número de picaduras, lo que no es muy reconfortante especialmente en el caso de los niños a los cuales en ocasiones hay que recurrir a cremas o inyectables de corticoides y antihistamínicos por las fuertes reacciones cutáneas que les producen, especialmente cuando hablemos de los llamados mosquitos tigre, especie importada y que causa verdaderos estragos en sus picaduras.
Después de 35 años de ejercicio de la medicina solo he visto funcionar de manera regular y desde la primera toma a un medicamento homeopático, el cual me permito recomendar por su extraordinaria eficacia, ausencia de efectos secundarios y la posibilidad de utilizarlo a cualquier edad con total seguridad. Se trata de LEDUM PALUSTRE 5 CH. Tomado diariamente previene de un modo muy eficaz las picaduras de mosquito.
Pruébelo, le aseguro que se olvidará de los mosquitos y pasará un verano libre de picaduras aunque con ello no ayude a que el mosquito hembra aumente su prole.
Referencias:
Enfermedades transmitidas por vectores(2016).[Disponible en línea]:http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs387/es/.[Consulta:2016, Marzo 1].
Dengue(2003).[Disponible en línea]:http://www.directoriomedico.com.ve/enfermedades/general/d/dengue.php.[Consulta:2016, Marzo 1]